
En la residencia universitaria en Salamanca Santa Rosa de Lima queremos ayudarte a descubrir los mejores rincones de nuestra mágica ciudad.
Salamanca alberga montones de lugares muy concurridos por los estudiantes, sitios especiales, inolvidables, mágicos.
La ciudad está formada por edificios, calles, rincones y establecimientos cargados de recuerdos de historias vividas una y mil veces: momentos únicos y especiales para sus protagonistas, y a la vez repetidos, clónicos, vistos incontables veces por los muros de Salamanca.
Vamos a dar un paseo por diez de esos enclaves cargados de historias y de energía.
#1 La Plaza Mayor
No podía faltar el centro neurálgico de Salamanca. Sus 247 balcones han visto novatadas, encuentros, estudiantes que quedan debajo del reloj, improvisados pic-nics en el frío suelo de la plaza, manifestaciones, fiestas, conciertos… mucha, mucha vida.
Y ¿quién no ha vivido ese momento mágico en que se enciende la iluminación de la Plaza Mayor, y se escucha un inevitable y coral “¡Ohhhhh!”?
Ver#2 Plaza de Anaya
Uno de los lugares más bohemios de Salamanca. Es raro no encontrar a alguien tocando la guitarra, haciendo malabares, o simplemente sentado en el césped o en las escaleras compartiendo el momento con otros.
Mención especial merece la cafetería de Caballerizas. Se trata de la cafetería de la facultad de Filología, y siempre está llena de estudiantes. Atravesar sus puertas es como cruzar un portal en el tiempo. Por cierto, la entrada está muy escondida, es un lugar casi secreto, y es poco probable que te lo encuentres infestado de turistas…
#3 Huerto de Calixto y Melibea
Rincón salmantino de enamorados por excelencia. Toneladas de candados enganchados al pozo por parejas declarándose amor eterno, esa promesa casi tan universal como imposible.
Aquí tenemos a una pareja justo en el momento de colocar su candado:
VerSi se gira la imagen hacia la izquierda, tenemos a otra pareja, ya veterana, inmortalizando el momento.
#4 La cafetería de la facultad
Idas y venidas, apuros, nervios, confidencias, cafés y más cafés, conversaciones sin fin, contrabando de apuntes, reuniones, risas, partidas a las cartas… La Universidad en estado puro.
#5 La fotocopiadora
El misterioso agujero negro de los dineros de los estudiantes. En las copisterías se entremezclan sentimientos de todo tipo:
- Alivio: “Por fin tengo apuntes de esta asignatura”
- Terror: “¿Cómo voy a hacer para estudiar todo este tocho en un fin de semana?”
- Altruismo: “Venga, va, te dejo los apuntes de Estadística”
- Admiración: “¿Cómo es capaz el de la fotocopiadora de no liarse con tantos papeles? ¡Con los líos que preparo yo para imprimir dos hojas a doble cara!”
- Propósito de enmienda: “Decidido: el próximo cuatrimestre voy a todas las clases”
He aquí una de las copisterías más míticas: Reflex, justo enfrente de la Universidad Pontificia, en la calle Compañía.
#6 Libreros
La biblioteca de Libreros (o Santa María de los Ángeles, su muy religioso y poco utilizado nombre real) se ha convertido en el núcleo de una zona, la de la calle Libreros y aledañas, auténticamente estudiantil. En época de exámenes es un hervidero de universitarios aferrados a sus carpetas cafés y cigarrillos. También solía ser escenario de fiestas de facultades, muchas de las cuales se han trasladado a Van Dyck.
#7 Van Dyck
Junto a los cines Van Dyck está la zona de pinchos más mítica de Salamanca. La propia calle Van Dyck y sus aledaños albergan gran cantidad de bares, donde por pocos euros, entre cañas y pinchos ya has cenado.
#8 “El Pani”
En realidad, este bar se llama Paniagua, pero para quien lo ha vivido, siempre será “El Pani”. ¿Qué lo hace especial? Vamos allá: desde antes de entrar llama la atención su “antrosidad”, parece que está a punto de caerse a cachos, pero no, sigue en pie, aguantando hordas de estudiantes sedientos de cervezas y buena música. Por cierto, es vox pópuli que la cerveza del Paniagua es realmente buena. ¿Será cierto, o será autosugestión compartida?
La decoración se sustenta en capas de fotos de parroquianos actuales y antiguos, tomadas en noches olvidadas e inolvidables, de futbolín, exaltación de la amistad, ligoteo y energías compartidas al ritmo de la música. Y ¡qué música! Nada de los 40 Principales, claro.
¡Cuántas caídas por las escaleras, y cuántos moratones en el culo por la mañana después de haber disfrutado la noche en el Pani!
#9 La Plaza del Oeste
#10 Estaciones de autobús y tren
¡Cuántos abrazos, besos, lágrimas, miradas… han visto sus paredes y andenes! Y cuántas carreras, sudores y apuros. Muchas caras cansadas, con sueño, y muchos rostros cargados de ilusión. Y maletas, mochilas, bolsos y bolsas-nevera con “tuppers de comida de casa”, de incalculable valor.